Dábamos cuenta ayer de un hecho minúsculo: el camarlengo de la Iglesia Romana, cardenal Kevin Farrell, presidió la ceremonia de traslación del cadáver del Papa Francisco a la basílica de San Pedro, revistado de una capa pluvial roja —del mismo juego de las dalmáticas de los diáconos que lo secundaban—, que había sido usada por …