Cuando S. Pío X reivindicó a S. John Henry Newman

El año 1907 marcó quizás el punto álgido de la controversia modernista, ya que en ese año el Papa San Pío X publicó su encíclica revolucionaria Pascendi dominici gregis, condenando los errores de los modernistas.

La publicación de la encíclica llegó en un momento oportuno para los discípulos del fallecido John Henry Newman. Newman había muerto casi dos décadas antes de la encíclica de Pío X, pero sus obras seguían generando controversia. Algunos pensadores modernistas habían asociado el nombre de Newman con sus propias ideas para añadir un brillo de ortodoxia a sus errores; otros, en su celo contra los modernistas y sospechando que el nombre de Newman siempre aparecía en su compañía, comenzaron a sospechar que el mismo Newman podría haber sido un proto-modernista. También se generó no poca confusión por la circulación de citas del período anglicano de Newman y en qué medida aún afirmaba muchas de sus opiniones anteriores.

Uno de los defensores de Newman en estas controversias fue Edwin Thomas O’Dwyer, obispo de Limerick, Irlanda. Luego de la Pascendi, O’Dwyer escribió un ensayo comparando el pensamiento de Newman con las enseñanzas de esa encíclica con la intención de reivindicarlo de las acusaciones de modernismo. El obispo O’Dwyer consideró prudente enviar el ensayo al mismo Pío X para su aprobación. Pío X leyó el ensayo y envió una respuesta a O’Dwyer en 1908, aprobando con entusiasmo su trabajo y reivindicando a John Henry Newman de cualquier tacha de error. A continuación se presentan algunas citas pertinentes de la carta de San Pío X:
«Los escritos del cardenal Newman, lejos de estar en desacuerdo con Nuestra Carta Encíclica Pascendi, están muy en armonía con ella… Respecto al gran número de libros de gran importancia e influencia que escribió como católico, apenas es necesario exonerarlos de cualquier conexión con esta herejía actual… Por lo tanto, te felicitamos por haber, a través de tu conocimiento de todos sus escritos, reivindicado brillantemente la memoria de este hombre eminentemente recto y sabio de la injusticia…«

Aquí reproducimos la totalidad de la carta de Pío X sobre John Henry Newman a continuación, junto con un enlace al texto en latín en los Acta Sanctae Sedis al final del artículo.


CARTA
En la que el Papa Pío X aprueba el trabajo del Obispo de Limerick sobre los escritos del Cardenal Newman.

A su Venerable Hermano
Edward Thomas, Obispo de Limerick

Venerable Hermano, saludos y Nuestra Bendición Apostólica. Te informamos por la presente que tu ensayo, en el que demuestras que los escritos del Cardenal Newman, lejos de estar en desacuerdo con Nuestra Carta Encíclica Pascendi, están muy en armonía con ella, ha sido enfáticamente aprobado por Nosotros: pues no podrías haber servido mejor tanto a la verdad como a la dignidad del hombre. Es claro que aquellas personas cuyos errores hemos condenado en ese Documento habían decidido entre ellos producir algo de su propia invención con lo que buscar la recomendación de una persona distinguida. Así, sostienen por todas partes que han tomado ciertas cosas principales de esa fuente y cima de autoridad, y por esa razón no habríamos podido desaprobar sus propias doctrinas, sino que, al mismo tiempo e incluso antes, habríamos desaprobado lo que un autor tan grande y distinguido había enseñado. Increíble como pueda parecer, aunque no siempre se reconoce, se encuentran aquellos que están tan inflados de orgullo que es suficiente para abrumar la mente, y que están convencidos de que son católicos y se presentan como tales, mientras que en asuntos concernientes a la disciplina interna de la religión prefieren la autoridad de su propia enseñanza privada a la autoridad preeminente del Magisterio de la Sede Apostólica.

No solo demuestras plenamente su obstinación, sino que también muestras claramente su engaño. Porque, si en las cosas que había escrito antes de su profesión de la fe católica se puede justamente detectar algo que pueda tener una especie de similitud con ciertas fórmulas modernistas, estás en lo correcto al decir que esto no es relevante para sus obras posteriores. Además, en lo que respecta a ese asunto, su manera de pensar ha sido expresada de muy diferentes maneras, tanto en la palabra hablada como en sus escritos publicados, y el autor mismo, al ingresar en la Iglesia Católica, envió todos sus escritos a la autoridad de la misma Iglesia para que se hicieran correcciones, si se juzgara apropiado.

Respecto al gran número de libros de mucha importancia e influencia que escribió como católico, apenas es necesario exonerarlos de cualquier conexión con esta herejía actual. Y de hecho, en el dominio de Inglaterra, es de conocimiento común que Henry Newman abogó por la causa de la fe católica en su prolífica producción literaria de manera tan efectiva que su trabajo fue altamente beneficioso para sus ciudadanos y muy apreciado por Nuestros Predecesores: y así se le considera digno de oficio a quien León XIII, sin duda un sagaz juez de hombres y asuntos, nombró Cardenal; de hecho, fue muy altamente considerado por él en cada etapa de su carrera, y merecidamente así. Verdaderamente, hay algo en tan gran cantidad de trabajo y sus largas horas de labor que se extienden hasta bien entrada la noche que parece extraño al modo usual de los teólogos: no se puede encontrar nada que traiga ninguna sospecha sobre su fe. Correctamente afirmas que es enteramente de esperarse que donde no aparecieran nuevos signos de herejía, quizás haya usado una manera de hablar despreocupada con algunas personas en ciertos lugares, pero que lo que los modernistas hacen es tomar falsa y engañosamente esas palabras fuera del contexto completo de lo que él quería decir y torcerlas para adaptarse a su propio significado.

Por lo tanto, te felicitamos por haber, a través de tu conocimiento de todos sus escritos, reivindicado brillantemente la memoria de este hombre eminentemente recto y sabio de la injusticia: y también por haber, en la medida de tus posibilidades, ejercido tu influencia entre tus compatriotas, pero particularmente entre el pueblo inglés, para que aquellos que estaban acostumbrados a abusar de su nombre y engañar a los ignorantes deberían de ahora en adelante cesar de hacerlo. Ojalá que sigan fielmente a Newman, el autor, estudiando sus libros sin, por supuesto, estar adictos a sus propios prejuicios, y que no con malicia astuta conjuren nada de ellos o declaren que sus propias opiniones están confirmadas en ellos; pero en cambio que comprendan sus principios puros e íntegros, sus lecciones e inspiración que contienen. Aprenderán muchas cosas excelentes de un tan grande maestro: en primer lugar, a considerar el Magisterio de la Iglesia como sagrado, a defender la doctrina transmitida inviolablemente por los Padres y, lo que es de máxima importancia para la salvaguarda de la verdad católica, a seguir y obedecer al Sucesor de San Pedro con la mayor fe. A ti, por lo tanto, Venerable Hermano, y a tu clero y pueblo, te damos Nuestro más sentido agradecimiento por haber tomado la molestia de ayudarnos en Nuestra situación reducida enviando tu don comunal de ayuda financiera: y para ganar para todos ustedes, pero primero y principalmente para ti mismo, los dones de la bondad de Dios, y como testimonio de Nuestra benevolencia, te otorgamos afectuosamente Nuestra Bendición Apostólica.

Dado en Roma, en San Pedro, el 10 de marzo de 1908, en el quinto año de Nuestro Pontificado.
PIUS PP. X

Fuente: Acta Apostolicae Sedis (p. 200). Texto aparecido en Unam Sanctam Catholicam.

17 comentarios en “Cuando S. Pío X reivindicó a S. John Henry Newman

  1. Avatar de Desconocido Anónimo

    Creo que la crítica al artículo de Glaize si es prejuiciosa y de mala Fé, pues ni siquiera tocan la argumentación del Padre.

    San Agustín y Santo Tomás, pueden haber cometido errores, pero ninguno toca a la doctrina en lo medular. La falacia argumental está en confundir un error interpretativo (ej protestantes con la Biblia) con uno que deriva realmente del autor y su doctrina.

    Glaize no toca el tema de la conciencia (argumento de hombre de paja) sino de la verdad argumentativa de proposiciones de probabilidad en cuestiones de Fé. De ser eso verdad- y su deriva blondeliana- (insisto , no por error interpretativo, sino un defecto intrínseco), sí sería incorrecta proclamarlo Doctor y un error más del “magisterio” post conciliar. Eso es lo que hay que refutar, discutir, matizar o validar y no si la Fsspx es prejuiciosa, argumento que no tiene ningún valor.

    1. Avatar de Desconocido Anónimo

      El argumento del prejuicio tiene valor en la medida en que el artículo refleja animosidad y no solo animosidad. Traer a colación a Comte es un intento de «enchastrar por asociación» (porque Compte era rabiosamente anti-cristiano y propuso la tesis de la evolución general de la humanidad) burdo y de mala leche. Primero, porque no tiene forma de sustentar la conexión y lo sabe y por eso la «implica»; segundo porque la asociación razonable en todo caso sería la del empirismo, considerando que Newman es un autor Británico (no que Newman fuera un empirista, lo cual es obviamente absurdo para cualquiera que sabe algo de la cuestión ciencia-fe en la Inglaterra del siglo XIX, y el modo en que el Movimiento de Oxford era precisamente atacado y calumniado por su «misticismo» y «superstición papista»). Uno tiene que asumir o que Glaize es un ignorante que no sabe nada de tradiciones filosóficas, un irresponsable, o que escribe con mala fe.

      Luego de intentar implicar que de algún modo Newman es un positivista en la veta de Comte, lo acusa de ser un fideísta subjetivista, pero se cubre las espaldas diciendo no que Newman *rechaza* los motivos de credibilidad externa –porque no resistiría ninguna contrastación seria con la obra newmaniana en general, sino que «destaca» el aspecto interno «a riesgo de descuidar» el externo. Como argumento es sumamente débil («debería haber incluido un disclaimer en cada momento» o casi). De esta premisa débil, trata de saltar a la conclusión fuerte de que entonces Newman es un pragmatista (al estilo de la apuesta de Pascal; hay que creer porque a nivel práctico es la opción más conveniente). Lanzar esa acusación contra el autor de La Columna de Nube (por mencionar lo que es el escrito más universalmente reconocido del autor) es exagerado por decir poco.

      Ahí viene lo de Blondel. Glaize se guarda hábilmente de decir que Newman es la base de Blondel, o que están de acuerdo, pero, de nuevo nos encontramos con un argumento de culpa por asociación (ojo que además Blondel nunca fue condenado en su obra como filósofo y la asociación con el modernismo siempre fue tenue). Quiere decir que lo que Newman sostiene es aquello de Terry Pratchet de las bellas mentiras que nos inventamos porque nuestra psiquis lo demanda, cuando la interpretación más natural es simplemente que la naturaleza del hombre es apta para la fe –«nos hiciste, Señor para Ti, etc, etc»– y el modo en que se dan las condiciones del asentimiento dentro de la limitación propia de la naturaleza humana. Como recuerda Eck, Newman se está concentrando en Grammar of Assent en la experiencia y forma del asentimiento de la persona. No es un tratado sobre la fe en general, ni ha de ser tomado como tal, del mismo modo que sería absurdo argumentar que san Francisco de Sales es sospechoso porque no desarrolla una teología moral completa en la Filotea.

      Su último argumento es que Newman no es sistemático. Si fuéramos a aplicar el mismo criterio para otros doctores, habría que patear afuera a más de uno, por ejemplo, a alguien tan poco controversial como San Francisco de Sales.

      Nótese además que Glaize no refiere directamente a ninguna obra de Newman, sino que basa toda su argumentación en dos artículos académicos y una entrada de enciclopedia. Fuentes absolutamente risibles para el calibre de las acusaciones que le está haciendo (bueno, en realidad es más bien una serie de insinuaciones en tono de «te hace pensar…» para colar luego los «ismos» como probados).

      Este proceder (implicar más que afirmar, enchastrar por asociación, incluirse los cualificativos para tener «plausible deniability», no referir a la obra de Newman mismo , etc) es difícil de explicar por un motivo que no sea incompetencia, ignorancia, o simplemente tener ya asumida y dada la conclusión de que Newman tiene que ser rechazado, y a partir de ahí construir alguna clase de argumento que más o menos pase para justificar/sustentar esa conclusión, es decir, mala fe nacida del prejuicio.

      1. Avatar de Desconocido Anónimo

        qué artículo leyó? Habla de prejuicio y escribe sobre Compte, al que nunca alude. Tanta rabia les da que pierden los estribos.
        Pero vamos al fondo:

        ”a partir de probabilidades podemos construir una legítima suficiente para dar certeza”. No fue este error condenado por Lamentabili? No es un rasgo de fideísmo inmanente ? En que yerra Glaize, quien además cita a Baudin? Su crítica , por lo demás , no es a la ortodoxia sino a la eminencia de la ciencia teológica de Newman, al punto de merecer o no el título de Doctor.

      2. Avatar de Desconocido Anónimo

        Al anónimo de las 10:02:

        El artículo que he leído es el que enlaza otro comentarista más abajo. Segundo párrafo del parágrafo 7 «Cree ofrecer lo que en estilo comtiano se llamaría una doctrina positiva de la fe, basada en los hechos, solo en los hechos.»; la nota al pie allí, 10, es: «Es decir, según el estilo de Auguste Comte (1798-1857), autor del pensamiento positivista, que pretende basarse únicamente en hechos.»

        Le preguntaría qué artículo ha leído usted, pero claramente ha leído el mismo que yo, por lo que cita. O bien usted tiene un problema de comprensión lectora, o no sé. Lo mismo tiene que ponerse de acuerdo consigo mismo: si quiere decir que lo que Newman dice fue condenado por Lamentabili (que Glaize explícitamente dice que no es así), entonces lo que se cuestiona es su ortodoxia, no su eminencia teológica. El argumento de fondo de Glaize no es que Newman no dijo nada tan significativo como para merecer el título, sino que lo que sí dijo es cuando menos dudoso, si no peligroso o directamente herético. Lo llamo argumento de fondo, porque nunca lo dice, pero lo implica continuamente. De nuevo, para alguien que se queja de una teología sinuosa, su texto es más difícil de asir que bagre bañado en vaselina.

        No sé de cuántas maneras más habrá que repetir que en Grammar of Assent Newman está hablando del modo en que se da en el sujeto el acto de creer, y no de las proposiciones y verdades de la fe en sí misma, que es el objeto de las condenas de Lamentabili. Si usted mira las otras proposiciones condenadas en esa sección del decreto, verá que lo que se condena allí es un colapso de la religión revelada sobre la religión natural, y esta sobre una psicología de la creencia. Newman está tratando (de nuevo, en Grammar of Assent en particular) sobre esta última, y en modo alguno identifica las tres. Por ejemplo, dos párrafos más abajo de la sección citada por el Dictionnaire de Thâeologie Catholique (que Glaize levanta de segunda mano, lo cual, insisto, es poco serio), Newman:

        «Accordingly, instead of saying that the truths of Revelation depend on those of Natural Religion, it is more pertinent to say that belief in revealed truths depends on belief in natural. Belief is a state of mind; belief generates belief; states of mind correspond to each other; the habits of thought and the reasonings which lead us on to a higher state of belief than our present, are the very same which we already possess in connexion with the lower state.»

        «En este sentido, en lugar de decir que las verdades de la Revelación dependen de las de la religión natural, es más pertinente decir que la creencia en verdades reveladas depende de la creencia en las naturales. La creencia es un estado de la mente; la creencia genera creencia; los estados mentales se corresponden los unos con los otros; los hábitos de pensamiento y razonamientos que nos llevan a un estado superior de creencia que el que tenemos al presente son los mismos que ya poseemos en conexión con el estado inferior.»

        y tres párrafos más abajo:

        «I do not address myself to those, who in moral evil and physical see nothing more than imperfections of a parallel nature; who consider that the difference in gravity between the two is one of degree only, not of kind; that moral evil is merely the offspring of physical, and that as we remove the latter so we inevitably remove the former; that there is a progress of the human race which tends to the annihilation of moral evil; that knowledge is virtue, and vice is ignorance; that sin is a bugbear, not a reality; that the Creator does not punish except in the sense of correcting; that vengeance in Him would of necessity be vindictiveness; that all that we know of Him, be it much or little, is through the laws of nature; that miracles are impossible; that prayer to Him is a superstition; that the fear of Him is unmanly; that sorrow for sin is slavish and abject; that the only intelligible worship of Him is to act well our part in the world, and the only sensible repentance to do better in future; that if we do our duties in this life, we may take our chance for the next; and that it is of no use perplexing our minds about the future state, for it is all a matter of guess.»

        «No me dirijo a aquellos que no ven en el mal físico y moral más que imperfecciones de naturaleza paralela; que consideran que la diferencia de gravedad entre ambos es solo de grado y no de naturaleza; que el mal moral es meramente el fruto del físico, y que en la medida en que se remueva este último se removerá inevitablemente el primero; que hay un progreso en la raza humana que tiende a la aniquilación del mal moral; que el conocimiento es la virtud y el vicio la ignorancia; que el pecado es un cuco, no una realidad; que el Creador no castiga excepto en el sentido de corregir; que la venganza en Él sería necesariamente vengatividad; que todo lo que sabemos de Él, sea poco o mucho, es a través de las leyes de la naturaleza; que los milagros son imposibles; que la oración a Él es superstición; que el temor de Él es indigno de un hombre; que el dolor por el pecado es abyecto y de mentalidad de esclavo; que la única adoración inteligible es desempeñar bien nuestro papel en el mundo, y que el único arrepentimiento sensato es el de obrar bien en el futuro; que si cumplimos nuestros deberes en esta vida, podríamos tener chance en la futura; y que no tiene sentido confundir nuestras mentes acerca del estado futuro, pues se trata de una materia de pura adivinanza.»

        Si algo de esto a usted le huele a Modernismo, imanentismo, fideísmo, o pragmatismo, o al menos a que es ambiguo y vacilante, entonces ninguna conversación acerca de este tema es posible.

        La ironía de que estemos teniendo esta discusión bajo un post sobre san Pío X reivindicando a Newman, por cierto, no se me escapa. En cuando a Baudin, mi francés no es suficiente como para aventurarme a leer y opinar sobre lo que haya originalmente escrito (que vista la falta de rigurosidad en el artículo de Glaize, no le hago ninguna fe de lo que reporta acerca de esa fuente). Otros ojos más capaces que se encarguen de ello. Lo que yo le digo es que lea a Newman, en lugar de aferrarse a un articulito de alguien que acusa sin al parecer haberlo leído o creer necesario leerlo para insinuar acusaciones gravísimas acerca de él).

    2. Avatar de Desconocido Anónimo

      Yo, cuanto mas leo y releo el artículo de marras, más mala fe le veo. Opino que lo que el buen abbé querría decir es, sencillamente, que Newman es un modernista de tomo y lomo y que, por supuesto, merecería una buena condena a sus tesis y no el doctorado. Ah, pero es santo y no podemos hacerlo sin armar ningún escándalo. Así que usamos el » Qui potest capere, capiat»…

      Tras desfogarme un poco con el padre, pasemos al tema principal. Creo que el principal problema está en que no se ha leído bien el título, An Essay in Aid of a Grammar of Assent, y, por ende, no se ha comprendido la intención del autor. No se trata de la conciencia (aquí nadie ha hablado de ella ni la ha aludido) ni a » la verdad argumentativa de proposiciones de probabilidad en cuestiones de Fé», sino de lo que hace que una persona real asienta a una verdad de la fe, al asentimento. El cardenal inglés intenta desentrañar esa frase tan oída pero con tanta miga de «lo sé, pero no me lo creo». De los dos tipos de verdad, la verdad como ser y la verdad como adecuación del intelecto a la cosa, la objetiva (de un objeto) y la subjetiva (de un sujeto) podemos decir, le interesa la segunda como a Kiekegord y a Castellani (en su obra sobre el danés y en su psicologia). En la otra no entra.

      ¿Por qué se reacciona así desde la vulgata neotomista? Amén de que para muchos «Extra Thoma, nulla salus est», porque toca uno de los problemas del neotomismo en carne viva: la persona real en la historia. El neotomismo no tiene una filosofia de la historia, lo ve todo «sub specie aeternitatis», incluido su propio sistema que presumen eterno y sacralizado, y cosificado. El gran corte ente el pensamiento pagano y la innovación cristiana (con presentimientos romanos) esta en que el pensamiento pagano se basa en la «res», la cosa como base de su sistema pero el cristianismo se basa en la «persona», una realidad ontológica distinta y superior a la res y de la que no se ha sacado mucho rendimiento, atados como estamos a las filosofias del pasado.

      No es casualidad que las primeras acusaciones de modernismo por parte de neotomistas que tuvo Ratzinger se debiera a su tesis sobre Buenaventura. Y ¿cual era el tema? Bingo, la teologia de la historia en S. Buenaventura… Tampoco es casualidad que los descubrimientos más importantes de la verdadera riqueza del tomismo se dieran después del giro historicista de Gilson… Y tampoco que la teologia oriental y ortodoxa la rechazase por racionalista

      Por último, yo no he aludido para nada a que fuese de la fsspx. Si el artículo se hubiese quedado en una mera reflexión sobre la prudencia de otorgar el doctorado, yo no hubiese dicho nada.

      Eck

  2. Avatar de Desconocido Anónimo

    Newman, como el título indica, habla del ssentimiento de la persona a la fe, no de la demostración racional de la fe ni de otras cosas teológicas. Pretender lo contrario es hacerle decir lo que no dice ni pretende y más hacerle el padre de un movimiento que combatió toda su vida, que conoció perfectamente y que crítico más profundamente.

    Por último, no sé cómo se puede saltar de » punto de partida y el fondo de su doctrina se encuentran en los datos de la experiencia» (al cual se le llama comtiano cuando es puramente aristotélico») al fideismo…Por cierto, siempre se ha aceptado lo deductivo y la adictivo como vias de razonamiento y sigo sin entender eso del método científico.

    Sugiero en este punto leer a Castellani sobre Kiekegord (ya citado aquí) y a su psicología porque creo que aclara mucho lo que pretendía demostrar Newman en su obra

    Eck

  3. Avatar de Desconocido Messerschmidt

    A propósito de Newman, quisiera recordar la influencia que el cardenal ejerció sobre el filósofo Theodor Haecker, un pensador alemán por desgracia hoy bastante olvidado, pero que en su tiempo gozó del aprecio y la amistad de figuras como, Romano Guardini, Hilaire Belloc, Gilbert K. Chesterton, Jacques Maritain, Gertrud von Le Fort y muy especialmente T. S. Eliot, quien sentía por él una gran admiración. Haecker fue traductor y difusor de Kirkegaard en el ámbito de habla alemana. En este mismo quehacer se familiarizó con la obra de Newman, algunos de cuyos libros tradujo al alemán. La lectura de Newman fue una experiencia que transformó radicalmente la vida y el pensamiento de Haecker, de origen protestante, hasta el punto de que lo movió a convertirse al catolicismo. En tiempos de la República de Weimar Haecker fue uno de los intelectuales católicos más destacados (e incómodos) de Alemania. Entre sus libros, breves pero difíciles, todavía se recuerda de vez en cuando Virgilio padre de Occidente, una obra audaz, a contracorriente, a menudo criticada, pero que demuestra una honda y extraordinariamente acertada comprensión de la historia cultural del occidente cristiano y sus orígenes. Durante el periodo nacionalsocialista Haecker vivió en la denominada “emigración interna”, es decir en la situación de los opositores al régimen que no abandonaron el país, pero que sobrevivieron condenados al silencio y sumidos un peligroso ostracismo social. Enemigo frontal del nazismo, Haecker fue mentor e inspirador del grupo de resistentes antinazis denominado La rosa blanca, activo en el ámbito universitario de Múnich y cuyos jóvenes miembros acabaron presos y luego ejecutados. Haecker logró zafarse de la persecución y falleció en 1945 de muerte natural. La influencia de Newman en el pensamiento de Haeckel es fundamental. Haecker es un folósofo que precisamente en nuestro tiempo debería ser recuperado, pues tiene mucho que decirnos. De este modo no sólo se recuperaría su obra sino también se pondría de manifiesto la fecundidad del pensamiento de Newman. Muy probablemente la lectura de sudiscípulo Haecker contribuiría a entender mejor y a profundizar en la obra del gran cardenal.

  4. Avatar de Desconocido Anónimo

    Estimado Wanderer

    Me parece oportuno este texto de Benedicto XVI, -Conciencia y Verdad-

    “Me parece significativo que Newman, en la jerarquía de las virtudes subraye la primacía de la verdad sobre la bondad o, para expresarnos más claramente: que ponga de relieve la primacía de la verdad sobre el consenso, sobre la capacidad de acomodo de grupo. Por lo tanto, diría que cuando hablamos de un hombre de conciencia, nos referimos a alguien dotado de las citadas disposiciones interiores. Es aquel que, si el precio es la renuncia a la verdad, nunca comprará el consenso, el bienestar, el éxito, la consideración social, la aprobación de la opinión dominante. En esto Newman se relaciona con el otro gran testigo inglés de la conciencia: Tomás Moro, para el que la conciencia no fue de ninguna manera la expresión de una testarudez subjetiva o de terco heroísmo. El mismo se colocó entre aquellos mártires angustiados que solamente después de indecisiones y muchas preguntas se obligaron a sí mismos a obedecer a la conciencia: a obedecer a esa verdad, que tiene que estar en mayor altura de cualquier instancia social y de cualquier forma de gusto personal. Se nos presentan pues dos criterios para discernir la presencia de una auténtica voz de la conciencia: ésta no coincide con los propios deseos y los propios gustos; no se identifica con lo que socialmente es más ventajoso, con el consenso de grupo o con las exigencias del poder político o social”.

    1. Avatar de Desconocido Anónimo

      Un conocido mío dice que una razón por la que no le cree nada a las feministas oficiales es que su medio de sustento depende precisamente de la perpetuación del estado de cosas que a viva voz denuncian y rechazan. Y la frate a mí a veces me hace pensar lo mismo. Cosas a las que se le echa la contra porque hay que marcar terreno y justificar la propia existencia (que se ha definido toda la vida por oposición). Uno lee el artículo y la conclusión es «si uno lee este texto con mala fe [tiene todo el sentido del mundo que Newman quiera concentrarse en el aspecto fenomenológico de la fe, y cómo haya una cierta adecuación entre el hábito natural y el don], ve cómo alguien podría ir más allá de él y afirmar un error. Y por eso no puede ser doctor.» Con ese mismo criterio, no queda nadie en pie. El afán de buscarle el pelo al huevo me cansa, y más dada la realidad del mundo en que vivimos.

      1. Avatar de Anónimo Anónimo

        Usted termina diciendo: “El afán de buscarle el pelo al huevo me cansa”. No se trata de eso, y no ve sino la punta del iceberg. Quienes defienden este nombramiento como doctor no están buscando el pelo al huevo, sino haciéndole el caldo gordo al progresismo actual. No es lo mismo.
        Como bien decía Komar en la UCA al explicarnos el final del Te Deum: In te, Domine, non confundar in aeternum. La confusión es diabólica. El progresismo nunca se mostrará negro, sino “gris” —como decían los modernistas, que había que seguir usando sotana incluso en tiempos de la condena que sufrieron por parte del Papa Sarto, como lo señala De Mattei en su magistral libro sobre el Concilio Vaticano II.
        Por tal razón, seguirán hablando de la importancia de la “caridad” por encima de la fe, lo cual no está mal, pero podríamos aplicarles lo que decían los primeros jesuitas sobre los luteranos: dicen verdad, pero no con el espíritu de la verdad. Confusión: eso es lo que buscan. Si no vamos a la raíz —es decir, a robustecer la fe de siempre— estamos perdidos. Todo lo demás servirá de poco.

      2. Avatar de Desconocido Anónimo

        Al anónimo de las 11:18:

        • «confusión» se ha vuelto una de esas palabras vacías de sentido en estos días. ¿Quién confunde? ¿Newman? ¿Lo ha leído usted acaso? Le digo yo que pocas cosas he leído escritas después del 1400 que suenen tanto como un padre de la Iglesia que los sermones parroquiales de Newman. Su sí es sí, su no es no, y si su estilo es culto, su lenguaje es sencillo. ¿La Iglesia confunde al declararlo doctor? No, al menos que él sea confuso. Pero no lo es. ¿Los progres confunden cuando lo tergiversan o simplemente usan el nombre sin tener idea de lo que dice? El problema aquí son los progres entonces, a quienes que la Iglesia haga o deje de hacer no cambia. La realidad es que la reacción, por naturaleza, siempre viene picando de atrás y por ello nunca tiene la ventaja estratégica. Es algo que parece que no aprendemos.
        • Siguiendo una tendencia anterior, general en el mundo y específica en la Iglesia, hecha aún más pronunciada por la clase de gente que logró puestos de autoridad teológica en la Iglesia en los últimos doce años, el progresismo es esencialmente voluntarista y anti-intelectual. Lejos están los días de la nouvelle théologie. Si mira para lugares como Alemania estos días, no se trata de crear teología progresista sino de forzar praxis progresista, porque la doctrina a nadie importa. En ese contexto, declarar un doctor de la Iglesia es más bien a propósito, porque precisamente refresca la necesidad y centralidad de la fe. Pero eso, entiendo, ya es otra discusión.
    2. Avatar de Desconocido Anónimo

      Lo acabo de leer. Si fuera lógico con los presupuestos que alude para ser doctor o padre, no lo serían ni S. Agustín (algunas de sus tesis sobre la gracia y el pecado original no fueron aceptadas en el II Concilio de Orange), ni S. Bernardo ni siquiera S. Tomás de Aquino (recuerdo que estos dos Santos negaron la Inmaculada Concepción y que al aquinate le fueron condenadas algunas tesis por el arzobispo Tempier…).

      Respecto a lo segundo, ?han leído todos esos críticos el título del libro «Gramática del Asentimiento»? Al parecer, no. Juntese con un dogmatismo ultratomista (lejos del propio santo Tomás) y producida el desastre de crítica.

      El Asentimiento es totalmente subjetivo porque se basa en un subjeto que tiene que asentir personalmente a una verdad que se le manifiesta ante el y siendo la verdad una adecuación del intelecto a la cosa, ambas deberán, en el fondo encajar la una a la otra como la llave a su cerradura.

      Eck

      1. Avatar de Anónimo Anónimo

        Estimado Señor Eck: creo que usted no comprende del todo lo que se quiere decir cuando se afirma que Newman no debería haber sido nombrado Doctor en un momento en que los tiempos no están “maduros”. Considero, al menos, que no es apropiado conferirle tal título. ¿Acaso le parece del todo “inocente” el uso que los progresistas-modernistas hacen de la figura del cardenal inglés? ¿Y ese uso que hacen del convertido, le parece de índole “periférica” respecto de la fe misma?
        Bueno, ya está todo dicho. Continúen escribiendo sus magistrales artículos —los cuales aplaudo y disfruto enormemente—, pero seguiré sosteniendo que no es en absoluto prudente, para la Iglesia actual, tener a este señor como Doctor.
        Con respecto a lo segundo, aquí se trata de cuestiones relativas a lo que debe hacer la sede romana, que es confirmar a sus hermanos en la fe. Ahora bien, ¿le parece a usted que cumple con esa misión al declarar “Doctor” a un erudito inglés del siglo XIX que fue —y sigue siendo— caballito de batalla de aquellos que, desde principios del siglo anterior, continúan socavando los cimientos del depósito de la fe y promoviendo el peor desastre institucional jamás visto en la historia bimilenaria de la Iglesia?

      2. Avatar de Desconocido Anónimo

        También el diablo utilizo las escrituras para tentar a nuestro Señor en el desierto, y no por eso las vamos a descartar porque las utiliza el diablo.

        Lo mismo ocurre con el cardenal Newman y su obra. Si los modernistas lo utilizan para atacar a la Iglesia, no por eso lo vamos a descartar, y maxime cuando en su vida y obra combatió energicamente el modernismo.

        No le busquemos tres pies al gato.

      3. Avatar de Andrés Battistella Andrés Battistella

        Coincido con el anónimo de las 13:28.

        Los lefes no dejan de mostrarse sectarios, y avergonzarse a sí mismos, con el tipo de cosas que comentan a propósito de este y otros temas.

        Prácticamente habríamos de quemar todos los libros del mundo salvo los editados por los mismos FFSPX, que son, aparentemente, la única doctrina segura.

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